Pedro Salinas (1891-1951)
“Mi única amante ya siemprey yo a tu lado, sin ti. Yo solo con la verdad.” Pedro Salinas.
Solo con la verdad, el poeta, o su poesía, como Orfeo con “la   respuesta inflexible”, de su infierno. Poesía de verdad, es la poesía de   Salinas. Y volviendo sobre su lectura, habría que añadir: verdad de   poesía. Aquella verdad de la que leemos en un texto poético de   Shakespeare: “que se parece a un cuento”. “Canto y cuento es la poesía”,   decía nuestro poeta Antonio Machado. La poesía es canto y cuento de   vida y de verdad.
La voz  poética de Pedro Salinas, es una voz desnuda, novelada –ni de  ilusión ni  de deseo-, que nos dice claramente, sencillamente, en  verdad, una  poesía de verdad. Una poesía que nos enseña, una vez más,  ahora, como  siempre, que la poesía es verdad, que no es un estético  artificio  ilusorio; porque no es sombra, ni fantasma, sino verdad, la  más  insospechada, la más pura. Por eso, la poesía de Salinas, tiene  razón de  ser, es verdadera: porque tiene razón de ser humana, o sea,  razón de  ser moral. Es ésta la tradición más firme de la poesía, la de  la poesía  amorosa, lo que tuvo su expresión en Dante y en Petrarca como  en  Garcilaso y Lope de Vega, o como en los grandes románticos: los  Goethe,  Heine, Vigny, Baudelaire, Bécquer.... Poesía de verdad. Esa voz  humana,  desnuda, verdadera, de la poesía eterna es la que nos habla en  los  libros de Salinas.
“Este  madrileño, de poesía y dibujo y nada color –decía Vicente  Aleixandre- me  traía a mí asociaciones sevillanas, cuando le veía”.
Pedro  Salinas, nace en Madrid el 27 de noviembre de 1891. Cursó  Derecho y  Filosofía y Letras en la Universidad Central. Fue lector de  español en  la Sorbona entre 1914 y 1917. En 1915 contrajo matrimonio  con Margarita  Bonmartí, alicantina instalada en Argel. En 1918 ganó la  cátedra de la  Universidad de Sevilla. Allí tuvo por alumno a Luis  Cernuda. El curso  1922-1923 lo pasó en Cambridge, también como lector.  Desde 1926 vivió en  Madrid, colaborando en el Centro de Estudios  Históricos. En 1933 fundó  la Universidad Internacional de Santander,  cuyos cursos organizó hasta  1936, año en el que aceptó un puesto en  Wellesley College (Vermont), de  donde pasó, en 1939 a la University  John Hopkins, en Baltimore. Los  cursos 1942-1945 profesó en la de Río  Piedras (Puerto Rico) y, durante  los veranos, en el Middlebury College  (Vermont). Su vida, pues,  transcurrió en centros universitarios rodeado  de jóvenes estudiantes de  la literatura española: “No quiero callar la  generosidad de este autor  –decía Luis Cernuda-. Entre nosotros pocos  escritores jóvenes habrá que  no deban a esa generosidad, tan poco  frecuente en el ámbito literario,  algún favor importante o decisivo  para un espíritu joven que busca su  camino”. Pedro Salinas muere en  Boston el 4 de diciembre de 1951.
Además  de uno de los grandes poetas de la generación del 27, artista  refinado  del pensamiento y de la palabra, Pedro Salinas fue también un  crítico de  fina sensibilidad y un ensayista de notable lucidez.
Su gran amigo Jorge Guillén distingue en su trayectoria tres etapas. La primera comprendería los poemarios Presagios (1923), Seguro azar (1929) y Fábula y Signo  (1931); en ellos está la huella de Juan Ramón Jiménez, por un lado y   los nuevos caminos vanguardistas del ultraísmo y del futurismo por otro.   No faltan, sin embargo, poemas amorosos que anuncian la segunda etapa,   integrada por sus obras maestras, La voz a ti debida (1933) y Razón de amor  (1936). Es, sin duda, la época de plena lírica del poeta. El amor pasa a   ser exclusivo protagonista de los versos. La tercera etapa de su  poesía  se inicia con el exilio y la componen El contemplado (1946), Todo más claro y otros poemas (1949) y Confianza  (1955). En ellos se da una irrupción del objetivismo y una actitud   solidaria con el hombre que desembocará finalmente en un intimismo   machadiano. Entre el resto de sus escritos conviene destacar sus piezas   teatrales (Judith y el tirano, El dictador, La fuente del Arcángel o La cabeza de Medusa), la novela La bomba increíble (1950), los libros de narraciones Víspera del gozo (1926) y El desnudo impecable (1951) y la importante obra crítica entre las que mencionaremos títulos como Literatura Española del siglo XX (1941), Jorge Manrique (1947), La poesía de Rubén Darío (1947), El defensor (1948) y Ensayos de literatura hispánica  (1958). Un recientísimo estudio sobre la obra de Pedro Salinas   realizado por la licenciada en Filología Hispánica y doctora en   Literatura Española, Natalia Vara Ferrero, de la Universidad del País   Vasco, ha permitido recuperar textos inéditos de la narrativa del poeta.
La poesía tiene en  Salinas uno de sus más apasionados amantes. “La  lírica de Salinas –decía  Azorín- no es la lírica de los anteriores  poetas. Todo aquí es  sencillo, natural, coherente... Acaso es esta  poesía lírica la más  avanzada, la más física, la más honda de toda  Europa...” Cuán difícil es  la poesía de Salinas sin dificultad  aparente, una poesía sin más  artificio literario que el indispensable  para manifestarse poéticamente.  Poesía con sus verdades propias;  distintas, claras. Poesía de verdad. Y  como dijera el poeta:”Tu verdad  me asegura / que nada fue mentira”.
 Despierta. El día te llama
Despierta. El día te llamaDespierta. El día te llama
a tu vida: tu deber.
Y nada más que a vivir.
Arráncale ya a la noche
negadora y a la sombra
que lo celaba, ese cuerpo
por quién aguarda la luz
de puntillas, en el alba.
Ponte en pie, afirma la recta
voluntad simple de ser
pura virgen vertical.
Tómale el temple a tu cuerpo.
¿Frío, calor? Lo dirá
tu sangre contra la nieve
de detrás de la ventana;
lo dirá
el color en las mejillas.
Y mira al mundo. Y descansa
sin más hacer que añadir
tu perfección a otro día.
Tu tarea
es llevar la vida en alto,
jugar con ella, lanzarla
como una voz a las nubes,
a que recoja las luces
que se nos marcharon ya.
Ese es tu sino: vivirte.
No hagas nada.
Tu obra eres tú, nada más.
Pedro salinas, "La voz a ti debida"
Wake up. Day calls you
Wake up. Day calls you
to your life: your duty.
And to live, nothing more.
Root it out of the glum
night and the darkness
that covered your body
for which light waited a
on tiptoe in the dawn.
Stand up, affirm the straight
simple will to be
a pure slender virgin.
Test your bodys metal.
cold, heat? Your blood
will tell against the snow,
or behind the window.
The colour
in your cheeks will tell.
And look at people. Rest
doing no more than adding
your perfection to another
day. Your task
is to carry your life high,
and play with it, hurl it
like a voice to the clouds
so it may retrieve the light
already gone from us.
That is your fate: to live
Do nothing.
Your work is you, nothing more.
Wake up. Day calls you
to your life: your duty.
And to live, nothing more.
Root it out of the glum
night and the darkness
that covered your body
for which light waited a
on tiptoe in the dawn.
Stand up, affirm the straight
simple will to be
a pure slender virgin.
Test your bodys metal.
cold, heat? Your blood
will tell against the snow,
or behind the window.
The colour
in your cheeks will tell.
And look at people. Rest
doing no more than adding
your perfection to another
day. Your task
is to carry your life high,
and play with it, hurl it
like a voice to the clouds
so it may retrieve the light
already gone from us.
That is your fate: to live
Do nothing.
Your work is you, nothing more.

 
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